Relatos inéditos de la Patagonia: La misteriosa diversidad de los insectos de río

La primavera ha llegado y a medida que los días se calientan, la cima de las montañas se despoja de su blanca cubierta. La nieve acumulada durante el invierno despierta los afluentes que alimentan los ríos. Las lluvias repentinas se filtran a través de la ladera de la montaña intensificando el flujo del agua. Mi packraft está inflado y listo para adentrarse en las gélidas aguas en busca de joyas de seis patas. Preparo mi equipo de investigación y aseguro los elementos esenciales dentro de una bolsa seca en mi mochila.

Después de remar río abajo, justo por debajo de la superficie del agua, en los canales más rápidos del río, las oscuras larvas de moscas de torrente contrastan contra las rocas de color ocre claro. Tengo que parar e investigar. Estas pequeñas criaturas han desarrollado seis ventosas en la parte ventral de su cuerpo, las cuales utilizan para sujetarse a la superficie de la roca.

Ahí, en la seguridad del torrente, mudan su piel de larva por última vez. Sus cuerpos comienzan a transformarse. Extensiones triangulares crecen de sus cabezas para proteger las delicadas branquias que les proporcionarán el oxígeno necesario durante su transformación a la etapa adulta. Con este cambio, las larvas entran en el estadío de pupa en el cual, cada individuo realizara una reorganización de sus órganos y musculatura por todo su cuerpo antes de convertirse en adulto. Las pupas recién transformadas, deben permanecer ancladas a la superficie de la roca durante casi dos semanas para completar el cambio abrupto en su estructura corporal (metamorfosis). Curiosamente, no todas las larvas participan en el proceso. Antes de partir de ese lugar, recolecto algunos especímenes para analizarlos en el laboratorio, pero debo regresar en unos días para monitorear su desarrollo.

Una semana después, la temperatura incrementa y el aumento de las precipitaciones han ensanchado el río. La protección que brinda el torrente a la población de moscas es un lugar que atrae nuevos riesgos. En lo alto de la ladera, los inclinados afluentes se han vuelto inestables: la erosión es inminente. Un enorme árbol de coihue (Nothofagus) finalmente sucumbe tras ser castigado durante décadas por constantes ráfagas de viento, incitando un deslizamiento de tierra.

Dentro de la columna de agua, ocultos por un manto de sedimento, los detalles consecuentes son revelados solamente a aquellos que habitan las corrientes del río.

Con la partida de las lluvias, el nivel del agua regresa a su estado habitual. La abrumadora evidencia revela los efectos devastadores del deslizamiento de tierra que ocurrió unos días atrás. Una extraordinaria cantidad de escombros leñosos han hecho que el río sea innavegable.

La misma roca que una vez estuvo pintada con colores contrastantes de moscas de torrente, ha sido arrastrada por el río. En su lugar, un gigante del bosque que aún retiene sus hojas es castigado por la corriente. Las pupas que habitaban la roca fueron de igual manera desprendidas y solo quedan fragmentos de sus cuerpos como evidencia de su existencia.

Mientras algunas especies luchan por su supervivencia otras prosperan después de los abruptos y violentos cambios en la estructura del río. Moscas de piedra, pertenecientes a un antiguo linaje comienzan a emerger. Sus segmentos abdominales exhiben branquias en forma de blancas cuentas, las cuales revelan los restos de un pasado antiguo.

Los cambios metabólicos en su desarrollo desencadenan una vívida transición de coloración verde anaranjado, la cual indica la inminente transformación hacia su etapa adulta. El tiempo se agota y cada individuo debe alimentarse antes de dicho cambio. Para eso, deben exploran el lecho del río en busca de presas fáciles.

En la sección del rio donde el nivel del agua es poco profundo, las moscas de torrente que fueron desprendidas del resto de la población luchan por volver a los rápidos. El agua tranquila es un lugar peligroso para ellas, ya que su lenta locomoción las convierte en un blanco fácil. El destino de una de las moscas de torrente ha sido sellado. Una ninfa multicolor de mosca de piedra, camina hacia la orilla del río para consumir a su presa, sin percatarse que en la seguridad de las rocas, una efímera depredadora espera el atardecer para tener la oportunidad de actuar en el escenario del ciclo de vida dulceacuícola en la Patagonia.

 

 

Esta es la existencia y la lucha por la supervivencia que se lleva a cabo en las vías fluviales del sur de Chile. ¿Qué otros secretos esperan ser descubiertos en los lugares remotos y prístinos de la Patagonia?